Henry Quispe*
*Es un maestro licenciado, intelectual y pensador
etnotawa aymara.
Es común escuchar los
discursos de los gobernantes de turno cuando manifiestan que “el gobierno es
indígena”, que “el gobierno es de los trabajadores”, que “el gobierno es de los
pobres”. Con estos discursos han llegado a paralizar la lucha histórica rebelde
y anticolonial de las organizaciones sociales “etnotawantinsuyences”. Han
confundido, cooptado y subordinado a todas las organizaciones sociales
sindicales que hasta antes de la llegada del MAS-IPSP al gobierno eran libres y
perseguían un objetivo histórico, libertario, anti-imperialista, anti-socialista,
anti-comunista y anti-colonialista.
Estos últimos años, las
organizaciones sociales no han sido considerados como un movimiento que
persigue un objetivo diferente y contrario a los ideales e intereses de los blanco
mestizos de línea marxistas-leninistas, mas al contrario se les ha confundido y
asimilado a sus ideologías en favor a sus intereses de raza blancoide. Siendo así,
el pueblo y las etnonaciones fueron confundidas y enfrentadas entre sí. Se les
ha reducido a simples soldados defensores del grupo malhechor blanco mestizo,
que habrían de cumplir solamente las órdenes de sus superiores o del gobierno. Por
ello mismo, esta vez nos hemos propuesto abordar de manera breve sobre la
influencia de las ideologías blancoides en las organizaciones sociales.
En todos los rincones del
mundo las sociedades humanas viven gracias a una serie de actividades diarias
que se llama trabajo. Esta actividad es la que permite sustentar y dar
continuidad a la vida individual y a la vida familiar. Por ello que, cada uno
de los grupos sociales o familiares se dedicaran a una especialidad o área de
trabajo tomando en cuenta su espacio donde habita y en función a sus necesidades
básicas. Pero que, estas actividades de trabajo llegaran a un momento donde se
diversificaran y se diferenciaran de unos a otros, dando lugar a la división
del trabajo y a la clasificación de la sociedad. Unos que trabajaran sin
intensiones de lucro, y otras con intensiones de lucro y de dominación. Siendo así,
esta ultima será el causal del nacimiento de dos clases sociales: una clase
social obrera, y la otra, clase social burguesa.
Cada una de estas clases
velaran sus intereses por lo que entraran a un punto de contradicción y
confrontación. Por consiguiente, la lucha entrará a radicalizarse, donde los
sectores más vulnerados y explotados
exigirán justicia ante las problemas de explotación y enajenación de
trabajo.
Entonces, frente a esta dominación
de los explotadores hacia los explotados, surgirá un ideal de organización de
los obreros o de las clases trabajadoras para luchar en contra de sus
empleadores o patronos. Así darán lugar al nacimiento del sindicalismo como una
ideología de defensa de los trabajadores asalariados, subordinados y
dependientes (Machicado, 2010:4).
Por lo expuesto, podemos
entender que el sindicalismo no tiene nacimiento en Bolivia, menos en
Qullasuyu, sino que tuvo orígenes en los países occidentales producto de las
injusticias y la explotación por medio del trabajo de un grupo de elite sobre los
otros grupos de humanos. De ahí que, las sociedades dominadas y explotadas del
occidente, se unificaron para consolidar las primeras asociaciones de
trabajadores con el objeto de mejorar sus tratos y sus ingresos salariales ante
el gobierno y ante sus patronos o empleadores. Ya que sus salarios, los tratos,
las actividades laborales y otros, no fueron al agrado ni permitieron vivir en
una vida digna.
Sin embargo, ante la
reacción y la lucha de los trabajadores, la clase burguesa o los dueños de
producción, planificaran proyectar una estrategia de aplastamiento,
instrumentalización y desviación del horizonte de lucha sindical. Por ello,
nada es casual que los ideólogos blancoides del occidente como Marx y Trotski hablen
de los trabajadores. Es decir, el sindicalismo ha sido cegado con las
ideologías de la elite dominante, como marxismo y trotskismo con el pretexto de
que se les está dando dirección al movimiento obrero.
Así es como han llegado a
influir las ideologías embaucadoras en las entes matrices de las organizaciones
de los trabajadores que hasta el día de hoy a continuado en los países
occidentales como también en Latinoamérica. Por ello mismo, es que los
trabajadores del occidente continúan explotados-sin encontrar soluciones
durante décadas-, porque no han llegado a proyectar un horizonte de lucha propio,
genuino y de este tiempo, sino que optaron seguir proyectos planteados por sus
propios explotadores.
Sin embargo, en los
territorios del Abya Yala y en el Tawantinsuyu, la lucha tuvo un sentido
diferente alas del occidente. En ese entendido, en primer lugar y desde la
visión “tawa”, la lucha no es de clases, sino de razas confrontadas desde la
colonización. Es decir, el actual movimiento sindical debe recuperar el sentido
de lucha histórica; de un simple reivindicativo a un movimiento etnonacional
“tawa”. Lo cual consiste ir más allá de lo sindical”. Al respecto Fausto dirá:
“El indio no lucha por el salario, que nunca conoció; ni por la justicia
social, que ni siquiera imagina. El indio lucha por la justicia racial, por la libertad de su raza” (Reinaga, 2010:
54).
En el caso del Qullasuyu
(actualmente conocido como Bolivia), los primeros momentos de influencia de las
ideologías foráneas y las estrategias de luchas occidentales en los movimientos
sociales “etnotawantinas”, serán después de la Guerra del Chaco. Ya que hasta
ese momento la estrategia de dominación derechista había entrado en decadencia.
Ante esta cuestión, ya era peligroso
para el sector blancoide continuar explotando y esclavizando al estilo clásico
a las razas de color. De ahí que serán obligados a dar lugar a la ejecución de
otra estrategia q’ara más moderna, así para poder dar continuidad al proyecto
globocolonial.
En ese entendido, la
crisis estratégica de dominación derechista y los movimientos de rebelión del
siglo XX y fundamentalmente de las décadas 30, 40 y 50, serán causales para que
la elite blancoide opte por otro camino de dominación. Y ello implica reducir
el sentido de lucha etnonacional “tawa” en un simple lucha reivindicativa al
estilo occidental. Por ello que, llegaran a crear las organizaciones sociales
al estilo occidental a las cuales se infiltraran para dar una dirección contra
la lucha y “Pensamiento Tawa”.
Entonces, no es casual
que las ideologías del sindicalismo marxista y trotskista, se hayan infiltrado
al interior de las organizaciones sociales para confundirlos a sus miembros. Es
decir, las elites q’aras han continuado dominando durante siglos como
derechistas y actualmente camuflados de izquierdistas, socialistas e
indigenistas. Son estos izquierdosos también quienes heredaron para la
actualidad y han dado continuidad a su proyecto de dominación con el gobierno
del MAS-IPSP en la actual Bolivia colonial.
Humala Tasso, Antauro.
(2011). Etnonacionalismo izquierda y globalidad. Perú.
Machicado, Jorge. (2010).
Sindicalismo y el sindicato en Bolivia. USFX. Bolivia.
Quispe, Ayar (2011).
Indianismo. Ed. Pachakuti. Qullasuyu.
Reinaga, Fausto. (2010).
La revolución india. Bolivia.
Más artículos del autor en aqui: